Cómo convertirte en un atleta entrenable

Cómo convertirte en un atleta entrenable
Durante mi paso por nuestro hermoso deporte de la natación, he visto cómo algunos atletas trascienden mucho más allá de sus hazañas en el agua, mientras otros quedan atrapados en el laberinto de sus resultados y logros personales. Algunos deportistas ofrecen a quien tenga oído para escuchar, testimonios de sus experiencias para que aprendan cómo convertir sueños en realidad. Otros, desafortunadamente, solo desean que la atención se centre en ellos.
El éxito en un deporte como la natación es efímero. Sí, hay nadadores que, a través de mucho esfuerzo y dedicación, se mantienen relevantes por varios años, pero aún estos sucumben a los años. El envejecer no tiene vuelta atrás. Sin embargo, en todos los ámbitos de nuestra disciplina deportiva, hay casos de éxito que valen la pena estudiar y, por qué no, imitar. Estos guerreros de los deportes acuáticos no solo son ejemplo de esfuerzo y dedicación, son personas ejemplares. Para ponerlo de manera sencilla, son atletas entrenables.
Te preguntarás ¿qué es un atleta entrenable? Los atributos de estos deportistas ejemplares sobrepasan su comportamiento dentro del cuadrilátero que constituye una piscina de competencias. La manera cómo se manejan con sus preparadores, con sus compañeros, con su familia y amigos, es sorprendente. En el agua, obedecen a una serie de actitudes que los hacen sobresalir a los ojos de los demás atletas, además que los convierte en modelos a seguir para otros nadadores, grandes y chicos.
Existen numerosos aspectos que puedo nombrar, que hacen que un nadador sea entrenable. Sin embargo, son tres los principales que entiendo que son los rasgos vitales que un deportista debe tener para que pueda desarrollar su potencial. Hoy veremos tres características básicas que te darán las herramientas para convertirte en un atleta entrenable.
Cómo convertirte en un atleta entrenable
Personalmente me considero un nadador entrenable, bueno, por lo menos en la actualidad. Queriendo decir que no siempre fue así. Todos los nadadores que crecen dentro del deporte tienen sus momentos en los que piensan que lo que el entrenador les está poniendo a hacer no es lo que debieran estar haciendo. Cuando empecé a tener actitudes de este tipo, mi entrenadora se encargó de disiparlas de inmediato. Las lecciones que aprendí durante los primeros 10 años de natación competitiva se han quedado conmigo hasta la fecha.
La disciplina
La disciplina tiene algo bien particular. Es muy discriminatoria. Me refiero a que es fácil determinar cuándo un nadador es disciplinado y cuándo no. La indisciplina es uno de los mayores enemigos del progreso, además, tiene una manera muy peculiar de desviar a los nadadores de sus objetivos. Al final, siempre es más fácil “tirar la toalla” que seguir contabilizando metros detrás de minúsculas mejoras en tiempo, sin ninguna garantía que las mismas vayan a ocurrir.
Sin embargo, la disciplina también es el único camino que conduce a que los resultados alcanzados sean aquellos por los que trabajaste. Es la vía para que, cuando todo quede escrito, te sientas satisfecho del esfuerzo realizado y no decaído, pensando qué pasó. La manera cómo te conduces día tras día dice mucho sobre el compromiso que has asumido y si lo has asumido con responsabilidad.
He tenido nadadores dentro del todo el espectro de personalidades y comportamientos. Aquellos más disciplinados, han superado por mucho sus propias expectativas ¿Por qué? Simplemente, porque han sabido sacar sendos aprendizajes de los tropiezos que han tenido. El atleta indisciplinado, muy rara vez desarrolla este rasgo en su personalidad. Este último piensa que todo se lo merece, por lo tanto, cuando las cosas no salen bien, siempre buscará la culpa en otro lugar que no sea a lo interno.
Cada triunfo obtenido, así como cada derrota sufrida es una oportunidad para aprender y crecer. Si no tomas esa postura frente a los eventos que experimentarás durante tu progreso, terminarás frustrado y muy pronto dejarás de perseguir por lo que tanto te has sacrificado. Ahora, si eres de aquellos atletas con el estado mental de mejorarse continuamente y nunca darse por vencido, la disciplina será tu mejor arma contra cualquier tropiezo.
Rasgos de un atleta disciplinado:
- Llega temprano a sus entrenamientos.
- Escucha los consejos de su entrenador.
- Da lo mejor de sí es cada sesión de preparación.
- Está constantemente mejorándose a sí mismo.
- Estudia a sus competidores.
- Aprende de los demás.
- Hace otras cosas que sus competidores no están dispuestos a hacer.
El enfoque
Enfoque se ha convertido en una palabra “chic”. Sí, hoy en día todo se trata de enfoque. Enfócate en alcanzar tus sueños. Enfócate en lo que tienes que hacer para lo que hagas bien. Enfócate en ser tu mejor versión. Enfócate, enfócate, enfócate. Pero ¿qué es enfocarse? ¿se nace con la capacidad de enfocarse o está es una habilidad que se puede desarrollar? Estoy seguro de que la mayoría de los lectores de este artículo contestarán que es algo que se puede aprender y desarrollar. Pero ¿cómo se logra?
La vida cotidiana está llena de distracciones. Hoy en día existen un sinnúmero de actividades, dispositivos, programas y publicaciones que están en constante batalla por nuestra atención. Más que en cualquier otro momento en la historia de la humanidad ha estado el mundo tan distraído que en la actualidad. Entonces ¿puede un atleta vencer en la batalla contra la distracción y enfocarse? Por supuesto.
Recientemente, tuve la oportunidad de participar en un conversatorio en el que el tema central era “cómo mantenerse enfocado” y una de las preguntas más interesantes que me hicieron fue “¿cómo usted evita que la distracción lo desvíe de su meta?” La respuesta ofrecí fue: “mantener tus metas visibles donde sea que las veas con más frecuencia”. Verás, todos, sin excepción, nos distraemos. Sin embargo, cuando te encuentras de frente con un letrero hecho por ti mismo que te revela lo que estás persiguiendo, tu cerebro no tiene otra opción que regresar a la realidad y volverse a enfocar en ese objetivo.
Sí, tal vez suene muy fácil de hacer. Pero, cuántas personas he tratado de ayudar a encontrar el nivel de enfoque correcto para que puedan alcanzar algunas de las metas más básicas que todo ser humano tiene. Una de ellas siendo mantenerse en buen estado físico.
Maneras de cómo mantenerte enfocado:
- Visualizar.
- Publicar tus metas y tenerlas visibles.
- Aprender la técnica de la respiración profunda.
- Meditar.
- Mediante el uso de afirmaciones.
- Establecer una rutina y no romperla.
La honestidad
Creo que voy a tocar algunas teclas sensibles con esta sección. Por supuesto que lo haré. Pienso que la honestidad es una cualidad importante en el deporte. Cuando hablo de honestidad no me refiero a devolver objetos perdidos a su dueño o cosas por el estilo. Me refiero a ser honesto contigo mismo. Me refiero a conocer cuál es tu potencial y hasta dónde te puede llevar tu talento.
No se imaginan la cantidad de veces que he entrenado jóvenes que al cuestionarlos sobre cuál es el propósito principal por el que han decidido entrenar con un servidor, contestan que quieren participar en unos Juegos Olímpicos. Claro, participar en la justa deportiva más grande del mundo es una meta noble. Llegar allí es algo completamente diferente. Lo más extraño de todo el episodio es lo fácil que es para estos “futuros atletas olímpicos” abandonar todo cuándo la realidad cambia de lo necesario a lo trascendental.
Ser honesto con las metas que te trazas es uno de los pasos más importantes para que te des oportunidad de progresar. En el proceso de establecimiento de metas, debes entender que el cúmulo de las metas a corto plazo es lo que va a permitirte alcanzar tus objetivos futuros. Debes ser bruscamente sincero durante este proceso, claro, si de verdad quieres marcar un camino caracterizado por el progreso. Además, esta actitud se transferirá a tus entrenamientos.
Durante los entrenamientos, concéntrate por completo en lo que estás haciendo. Evita el conflicto con tu entrenador y con tus compañeros. Pon atención a cada brazada, cada respiración, cada vuelta y cada llegada. Recuerda que a través del esfuerzo concentrado estableces nuevos hábitos que te servirán grandemente durante tus carreras. No logras nada diciendo que estás nadando concentrado, si en verdad no lo estás haciendo. Aquí, a la única persona que estarías engañando es a ti mismo.
Cómo ser honesto contigo mismo:
- Escribe tus experiencias en un diario de entrenamientos.
- Practica la autocrítica constructiva.
- Comunícale tus metas a tus amigos y familiares.
- Siempre completa cada tramo del entrenamiento.
- Establece, revisa y calibra tus metas (ponlas a prueba).
- Busca la evaluación y retroalimentación constante de tu entrenador.
Conclusión
La vida del deportista puede ser tan corta o larga como él se lo proponga. Sus actitudes y comportamientos son los atributos que lo podrían distinguir del resto de la población deportiva. Para lograr esa distinción como nadador, debes ser una persona disciplinada, que hace todo con un nivel de enfoque ejemplar y que su día a día está caracterizado por acciones honestas, consigo mismo y con su entorno. Si te armas de estas tres herramientas podrás marcar la diferencia, convirtiéndote en un atleta entrenable, pero, sobre todo, transformándote en un ejemplo a seguir.
Si quieres convertirte en un verdadero atleta entrenable, te invito a estudiar los principios de la metodología que me llevo al peldaño #1 del ranking mundial master de la FINA en 2018 y que ha llevado a muchos otros nadadores a exceder sus propias expectativas y a lograr marcas que pensaron que no era posible.
He plasmado, en claro blanco y negro todo lo que he aprendido sobre la metodología USRPT, en el libro que escribí en 2019 y que titule «USRPT La Metodología del Futuro».
En sus paginas aprenderás las bases fisiológicas detrás de la metodología. También aprenderás como crear un plan de entrenamientos USRPT, así como las reglas que rigen esta fabulosa metodología de entrenamientos.
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