Cuando he tenido la oportunidad de conversar con nadadores que han practicado este deporte por décadas, siempre me hacen el mismo comentario: “la natación es un deporte de grandes sacrificios”. Tiempo empleado en entrenar que no se puede aprovechar con los amigos. Competencias en fechas que tradicionalmente son para disfrutar en familia. Conversaciones sobre series de televisión o películas de cine que no se han podido disfrutar por estar de viaje o entrenando. Estas son algunas de las cosas que los nadadores hemos tenido que considerar como lujos, si es que deseamos desarrollar nuestro potencial.

Hace años fui uno de estos nadadores que hicieron grandes sacrificios para alcanzar sus metas. Experiencias vividas que solo fueron posibles porque decidimos dar todo por un objetivo. Sin embargo, no todos los nadadores somos así. Es más, aunque en el pasado nos hayamos caracterizado por ser personas con gallardía, es posible que las experiencias que hemos vivido desde ese entonces nos hayan llevado por un camino que nos ha convertido en personas más comunes.

De todas maneras, la fuerza de voluntad es un atributo que no puede mermar en un deporte como la natación. Seas nadador élite o máster, debes perseguir tu objetivo sin dejarte llevar por las distracciones que hoy en día colman nuestra sociedad. No importa que tu meta sea mejorar tu marca en décimas de segundo o subirte al podio en un campeonato mundial. Lo que nunca debe faltar son las ganas de mejorar, día tras día. Esta mentalidad es especialmente importante durante tus sesiones de entrenamiento.

Las rutinas de preparación representan los momentos donde pueden suceder cosas muy interesantes. Yo digo que es dónde sucede la magia. Pero, no todos nos inclinamos a pensar en los entrenamientos como oportunidades de oro para lograr esos objetivos. Lo sabemos, pero no le ponemos la atención necesaria a cada metro que nadamos en las prácticas que diariamente nos enfrentamos. Esto es justo lo que diferencia a aquellos que logran cada uno de sus objetivos de los que constantemente se quedan cortos de alcanzarlos. Para ayudarte a ponerte más cerca de esas metas que estás persiguiendo, hoy te voy a revelar 5 secretos para entrenar mejor.

5 secretos para entrenar mejor

1. Calienta fuera del agua

Soy de los que piensa que constantemente erramos en las cosas más básicas. Una de esas cosas es cómo nos preparamos antes de entrar al agua. No hablo solo de lo físico, también me refiero a lo mental. Enfocándonos en lo físico, muchos nadadores tienden a obviar uno de los aspectos que más los va a proteger de padecer situaciones que les impidan entrenar a su máximo nivel. En este caso me refiero a las lesiones. Las lesiones, en especial las de hombro, representan la razón principal por la que los nadadores pasan tiempo fuera del agua. Algo que pudiera evitarse si, antes de iniciar la sesión en la piscina, se realiza un buen calentamiento fuera del agua.

Una breve rutina de calentamiento dinámico podría ser todo lo que necesitas para reducir las probabilidades de sufrir una lesión. Estadísticamente, estas probabilidades se reducen drásticamente cuando empleas pocos minutos en realizar ejercicios de movilidad para que tus articulaciones entren en calor antes de saltar al agua. Para mí, instituir este tipo de trabajos previos al entrenamiento han representado la razón principal por la que he podido elevar mi nivel como nadador máster en los últimos tres años. Sí, como todo, debes crear el hábito para que el calentamiento dinámico empiece a ser parte rutinaria de tus entrenamientos. Por eso, tal vez tendrás que llegar unos minutos antes a tus prácticas o, a lo mejor, hasta entrar al agua unos pocos minutos más tarde. Es más favorable perder 5 a 10 minutos de trabajo en el agua que arriesgarte a sufrir lesiones que pueden sacarte de la piscina por tiempo indefinido.

2. Enfócate en las sensaciones

En una transmisión que realicé recientemente, hablé de manera extensa sobre el enfoque en las sensaciones durante los entrenamientos en el agua. En esa ocasión abundé en el por qué ponerle atención a cómo realizo los movimientos de brazos, piernas y rotación de mi cuerpo ha dado una dimensión diferente a mi natación. Para mí, este es un aspecto no negociable, porque mientras voy avanzando en edad voy perdiendo potencia y flexibilidad. Sin embargo, con la edad, también he ganado madurez. Por esta razón debo concentrarme en entrenar de manera más inteligente mientras el calendario continúa su incesante paso.

Las áreas más propensas para percibir las buenas sensaciones son los antebrazos y las manos. Cuando estás nadando enfocado en cómo se siente cada brazada te das la oportunidad de detectar áreas o posiciones dónde puedes estar cometiendo errores técnicos que pudieran estar frenando tu progreso. A veces no es necesario que alguien corrija tu técnica, solo necesitas concentrarte profundamente en lo que estás haciendo y rápidamente encontrarás muchas oportunidades de mejora.

3. Hidrátate bien

Durante toda la época de verano en el hemisferio norte, aprovechando los meses de vacaciones escolares, he venido trabajando con nadadores jóvenes, corrigiendo aspectos técnicos que no se corrigieron durante sus años como nadadores infantiles. Es sorprendente ver cuando estos nadadores llegan a las clínicas sin cargar ni una gota de líquido con ellos. Tal vez piensan que como solo es trabajo de técnica que vamos a realizar, no es necesaria la ingesta de líquido durante las sesiones.

El cuerpo humano no requiere de mucha actividad física para entrar en un estado de deshidratación. Es más, no es necesario que el cuerpo esté en movimiento para que se deshidrate. Según el sitio web podiatrytoday.com “la pérdida de 1% a 2% del peso corporal, causado por la deshidratación, puede empezar a afectar rápidamente las funciones fisiológicas del cuerpo de los atletas, afectando así su desempeño.” Un atleta puede perder hasta 1.5 litros de líquido antes de sentirse sediento. Estos niveles de deshidratación son comunes durante el ejercicio y pueden suceder durante la realización de una hora de ejercicio a moderada intensidad.

Tomando esto en cuenta, no importa lo corta que sea tu rutina de entrenamiento, es de vital importancia que sigas un protocolo de hidratación. Para atletas adultos, este protocolo debe indicar la ingesta de unas 16 a 20 onzas de líquido unas dos horas antes de practicar. Además, debe establecer la toma de 8 a 10 onzas de alguna bebida hidratante unos 20 minutos antes del inicio del entrenamiento. Y, por supuesto, también debe indicar la ingesta de unas 8 onzas de líquido cada 15 minutos durante la práctica. Si tu rutina de ejercicios no es de alta intensidad o no es muy extensa, no es necesario el consumo de bebidas deportivas (Gatorade, Powerade). Tan solo tomando agua mineral tendrás una fuente contundente de hidratación.

4. Practica la perfección

Si hablo de uno de los aspectos en los que la mayoría de los nadadores fallamos, tendría que decir que es en la práctica de la perfección que erramos con mayor frecuencia. Se que tal vez es difícil entender qué significa “practicar la perfección”, sin embargo, si haces un esfuerzo mayor en tratar de hacer todas tus sesiones de entrenamiento, usando lo mejor de las habilidades que has desarrollado hasta el momento, estarás practicando la perfección.

Verás, en demasiadas ocasiones he visto nadadores entrenar como si fuera una obligación completar el entrenamiento. Francamente, cuando estoy entrenando a algún nadador con una actitud como esta, no titubeo para sacarlo de la piscina. No es por la falta de esfuerzo que decido retirarlo del entrenamiento, es porque no está haciendo el mínimo esfuerzo por hacer bien hasta lo básico. La manera cómo realices tus entrenamientos va a dictar los resultados que vas a alcanzar, porque es a través de la práctica de la perfección que alcanzamos la excelencia.

5. Evalúa lo que hiciste

He hablado mucho sobre la importancia de llevar un diario de entrenamientos. Para muchos atletas, este tipo de herramientas es una pérdida de tiempo. Para mí, nunca lo ha sido. Mi diario de entrenamientos me permite evaluar constantemente cómo he ido avanzando durante el ciclo de preparación y cómo se compara mi desempeño entre sesiones de entrenamiento. Sí, a veces es más difícil realizar entradas en el diario cuando estamos cansados, pero el valor que representan las líneas que plasmas en sus páginas, tienen un valor incalculable.

Claro, la evaluación de lo que haces en tus practicas no debe quedarse solamente en tu poder. Debes aprender a compartir tus experiencias de entrenamiento con tu entrenador. Al final, él es el artífice de lo que estás haciendo en el agua y él debe saber cómo te estás sintiendo con el trabajo que ha diseñado para ti. Mientas más honesto y transparente seas contigo mismo y con tu entrenador, mayores serán las probabilidades de que lo que juntos estás persiguiendo, se materialice.

Evaluar tu desempeño es una labor de todos los días y no debe limitarse al trabajo que hagas en el agua. Debes ponerle calificaciones a tu preparación en seco, a la manera cómo te alimentas, a tu entrenamiento mental, a la calidad de tu sueño y, por supuesto, a tus sesiones en la piscina. Mientras más meticuloso seas con este proceso, más rápidamente lo dominarás. Recuerda que lo que no se mide no se puede controlar, por lo que esta manera de medirte o evaluarte a ti mismo te dará la ventaja competitiva de saber en qué debes enfocarte para lograr los resultados que diariamente persigues.

Conclusión

Mejorar el rendimiento en el entrenamiento puede depender de varios factores, como el tipo de entrenamiento, el nivel de experiencia de los entrenados y los recursos disponibles. Siguiendo estas mejores prácticas que te comparto hoy, puedes mejorar la efectividad de tu programa de entrenamiento y ayudarte a ti mismo a desarrollar las habilidades que necesitas para lograr todos tus objetivos en la natación.

Si quieres llevar a cabo un plan de entrenamientos integral, basado en metodologías de vanguardia, escríbeme por correo a tomasbisono@gmail.com o por Whatsapp al +1-829-924-9976, te garantizo que los entrenamientos que trabajaremos juntos excederán tus expectativas y te dejarán, al igual que a tus competidores, boquiabiertos.