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UN ENTRENADOR PARA EL SIGLO 21

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UN ENTRENADOR PARA EL SIGLO 21

En una ocasión, varios directivos de la USA Swimming, aprovecharon que el nadador ruso Alexander Popov se encontraba entrenando en el centro de alto rendimiento de Colorado Springs, para hacer una “visita de cortesía” a su entrenador, el renombrado Gennadi Touretski. Durante un intercambio que pareció más un interrogatorio que una conversación entre colegas, los estadounidenses le preguntaron a Touretski si Popov estaba en óptimas condiciones. La manera cómo Touretski respondió es legendaria.

El entrenador del mejor velocista del momento le pidió a Popov, quien se encontraba en medio de uno de sus entrenamientos, que subiera al bloque de salida para nadar 50 metros contrarreloj. Popov, sin expresión alguna en su cara, subió a la plataforma y se preparó para escuchar el silbato de su entrenador. Cuando Touretski detuvo el cronómetro, al momento que Popov tocó la pared, el tiempo que marcaba era mejor que el récord mundial que, en ese momento, estaba en poder el mismo Popov.

Lo logrado por Popov en este legendario recuento es que todo está en el estado mental que alcances a través de tu preparación. Mucho de lo que has llegado a creer hasta el momento proviene de las influencias que han moldeado tu comportamiento, incluyendo el discurso que ha utilizado tu entrenador para convencerte de que puedes lograr grandes cosas. Sin embargo, no todos los entrenadores son iguales.

Estoy seguro de que conoces a muchos entrenadores que, a través de su discurso y habilidad de persuasión han logrado motivar a sus bólidos a dar más allá de la capacidad que creían que tenían. Para mí, ese entrenador lo fue Steve Barlow. Steve fue el segundo al mando, mientras estudié y practiqué la natación en Florida Atlantic University, en la ciudad de Boca Ratón, en el estado de Florida, Estados Unidos. Como mano derecha de Steve Eckelcamp (EPD), Scott era el entrenador perfecto para el momento por el que atravesaba mi carrera como nadador.

Con su gran poder de persuasión, Scott logró que mi desempeño en los entrenamientos excediera toda expectativa, ayudando a convertirme en subcampeón nacional universitario. Así como lo fue Scott para mí, siempre intento que mis alumnos y nadadores tengan un propósito por el cual están practicando el deporte de la natación. Sin esta variable de la ecuación, es prácticamente imposible mantener a los jóvenes de hoy en día motivados a dar lo mejor de sí en la piscina, día tras día.

Tener nadadores motivados es el elemento principal para fomentar un ambiente en el que los nadadores más lentos desarrollen el ímpetu de seguir a los más rápidos, de esa manera mejorándose a ellos mismos. El entrenador es simplemente un guía, no un mago, como a veces se cree que son los entrenadores de algunos de los programas de natación más exitosos. Son demasiadas las personalidades que pasan por las manos de un mismo entrenador, a través de los años, para concluir que es el tipo de entrenamiento la única variable que hace que los nadadores prosperen.

Los entrenadores deben caer en la realidad que, en la actualidad, muchos jóvenes no están practicando el deporte para convertirse en campeones; muchos lo hacen porque sus padres no quieren que continúen viviendo una vida sedentaria, gobernada por dispositivos electrónicos y convirtiéndose en seres humanos con sobrepeso y malos hábitos saludables. Si cada monitor, técnico y entrenador, aterriza en esa realidad, su labor sería mucho más productiva. Verás, al estar el técnico más consciente del trabajo que tiene que hacer, las energías que requiere desarrollar un programa de natación pueden ser mejor encausadas hacia cada tipo de deportista.

Si, en efecto, hay nadadores con el talento necesario y el compromiso de hacer el trabajo para desarrollar su potencial, el entrenador podrá centrar su atención en el desarrollo de ese talento, permitiéndole a otros profesores trabajar con los deportistas que asisten a las albercas a mejorar sus estados de salud o, sencillamente, para usar la natación como actividad extracurricular. Los enfoques son completamente diferentes. Este escenario permite que los entrenadores con la preparación, dedicación, pasión y compromisos necesarios para desarrollar atletas de alto nivel puedan sentir que su trabajo tiene significado y es una de las bases para que ese trabajo se convierta en un legado. Sin embargo, algunos entrenadores talentosos destruyen con una mano lo que construyen con la otra.

Recientemente escuché una anécdota que demuestra lo que “NUNCA” debe hacer un entrenador. El incidente tiene como protagonista a un nadador promesa olímpica y al director técnico de la federación de natación del país donde sucedió el hecho.

Luego de extender las correspondientes felicitaciones al nadador, aportando a elevar la confianza del atleta, el entrenador la deshizo al decir las palabras “no te hagas ilusiones porque no vas para Tokio” ¿Crees que este es un comportamiento adecuado de un buen entrenador?

A muchos técnicos nos llena de emoción ver progresar a nuestros bólidos, sin embargo, carecemos de empatía para incentivar a otros atletas a seguir persiguiendo sus sueños ¿qué está fallando aquí?

¿Quieres impactar la vida de muchos deportistas? Deja de actuar como si fueras el protagonista de la obra y entiende que tienes la capacidad de quedar en la memoria de incontables seres humanos, ayudando a que sean personas de bien y que valoren todos los beneficios de una vida saludable.

Dicen que la función se puede delegar, pero no la responsabilidad. Creo que ese enunciado es absurdo. Si eres un profesional con tus objetivos y prioridades claras, nunca delegarías la función. El entrenador que, sobre todas las cosas valora a sus pupilos, siempre tendrá la virtud de poseer un discurso coherente e impactante. Hoy en día debes ser una persona que practique lo que profese ¿Por qué crees que muchos entrenadores jóvenes están pasándole por encima a muchos viejos robles? No creas que es porque saben manejar mejor la tecnología de punta.

Con la información viene el conocimiento y si ese entrenador joven proviene de una escuela donde el mentor es un modelo para seguir, todos los entrenadores con larga experiencia en el campo deben prepararse para competir cara a cara con esta nueva generación de hombres y mujeres que, además de tener las palabras correctas en la punta de la lengua, también saben bien lo que se siente ser un atleta, porque lo han sido en el pasado reciente.

Afortunadamente, no todo está perdido, si es que estás dispuesto a unirte a esta corriente emergente. El futuro es brillante si aprendes a dirigirte de manera diferente hacia tus atletas. Los resultados para los que tus pupilos que lideras continúan obedeciendo tus órdenes se verán materializados, si es que logras sobrepasar la colina del respeto y el mutuo entendimiento. No creas que esto es opcional. Los nadadores tienen tantas opciones a su disposición que hasta un padre con la iniciativa adecuada puede monitorear los entrenamientos de su hijo campeón, los cuales pueden ser diseñados por un entrenador a miles de kilómetros de distancia y entregados al padre de manera electrónica.

Estamos viviendo momentos disruptivos, que están haciendo que muchas personas finalmente despierten de un largo letargo; uno que vio sus inicios en el siglo 20. Desafortunadamente, las experiencias vividas en esa época están encontrando un lugar en las líneas escritas para la historia. Lo que hoy está dando resultado es la empatía, el diálogo y el mutuo respeto. Si ves esto como una oportunidad, bienvenido a esta nueva época de la natación, de lo contrario, prepara tus maletas y di tus “hasta luego” porque tu barco ya está por zarpar.

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